Dulce paz
¡Oh!, dulce paz,
esperanza de la vida serena,
en la que el camino está allanado
por el cielo azul,
dialogando con el precioso silencio
del paisaje de los colores mañaneros,
y con las aves que me deleitan
con el sonido de su amor.
Tú, eres la suave brisa que alimenta mi alma,
con la tranquilidad de tu viento
y como los secretos que duermen profundo el sueño de la vida.
A ti te pido que mi corazón no se incline
al abismo de las sombrías pasiones,
sino que sea como un árbol más,
del frondoso bosque inspirador
de la paz y del amor.
R. Escandón. 2021. 13. 04. Medellín. Antioquia. Colombia. ©